En los últimos días ha estado en boca de muchas personas el mercado del criptoarte. Los beneficios para los artistas parecen estar muy claros. Pueden certificar su propiedad y su titularidad de manera plenamente fiable. Además, pueden convertir sus obras de arte en dinero líquido de manera inmediata en las denominadas finanzas descentralizadas. Sin embargo, no todos son ventajas. Para empezar, poniéndonos del lado de los pequeños artistas, no pueden beneficiarse de las ventajas que acabamos de comentar. No tienen ningún incentivo para participar en un mercado en el que prima ante todo las modas y la popularidad. Luego, desde la perspectiva del arte, este tipo de cripto transacciones hace un flaquísimo favor a la cultura, convirtiendo el arte en un mero instrumento especulativo. Por último, mirando al planeta, el criptoarte es, como hemos dicho antes, un tipo de cripto transacción, y este tipo de productos financieros son increíblemente perjudiciales para el medio ambiente.
¿Por qué una cripto transacción es tan nociva para el medio ambiente?
Las cripto transacciones son tan perjudiciales para el planeta por la gran cantidad de energía eléctrica que consumen. Únicamente el bitcoin, la criptomoneda más conocida, genera al año una huella de carbono comparable a la de Suiza (41,94 Mt CO2), produce una cantidad de residuos electrónicos comparable a los generados por Luxemburgo (10,98 Kt) y consume una cantidad de energía eléctrica comparable a la consumida por Bélgica (88,29 TWh).
Las cripto transacciones son posibles gracias al trabajo de los mineros. Estos se encargan de procesar transacciones, garantizar la seguridad de la red, y conseguir que todos los participantes estén sincronizados. Los mineros no necesitan trabajar entre ellos, simplemente confiar en el algoritmo que rija la determinada cripto transacción que estén minando. Sin embargo, si bien la confianza en este tipo de transacciones viene dada por la seguridad que proporcionan estos algoritmos, su propia complejidad, necesaria para proporcionar dicha confianza en el propio sistema, es la que hace que sean tan contaminantes.
¿Es sostenible la minería de este tipo de productos?
No, no lo es. Actualmente hay decenas de sitios web que enseñan cómo se puede empezar a minar criptomonedas para ganar dinero. Nos gustaría destacar dos factores que, como otros tantos, destacan en dichos sitios. El primero, la necesidad de poseer un ordenador potente. Evidentemente, esto va ligado a un mayor consumo energético. Y el segundo, poder afrontar la factura de la luz y el consumo energético por tener conectado y funcionando el ordenador durante 24 horas al día.
Vaya, minar criptomonedas, o cualquier tipo de cripto transacción, no es una tarea rápida o, de lo contrario, seguridad sería muchísimo menor y, por ende, no hubieran prosperado de la forma en que lo han hecho. La cuestión es que minar, por ejemplo, bitcoins, aunque valdrían muchas más criptomonedas, puede proporcionar un flujo sólido de ingresos. Y la gente está dispuesta a poner en funcionamiento estos equipos de minería, independientemente de la energía que puedan consumir.
Mismamente sin dejar a un lado de nuevo a los bitcoins, en los últimos años esta mentalidad ha llevado a que el consumo de los mineros que forman parte de su red haya alcanzado proporciones muy alarmantes. Actualmente, la red de bitcoin consume más energía que muchos países.
¿Podrían las cripto transacciones llegar a ser más respetuosas con el medio ambiente en el futuro?
Muy difícilmente. Si bien conseguir que los mineros empleen únicamente energías renovables y sostenibles podría ayudar a paliar los daños que producen al medio ambiente supondrá un reto muy importante. Esto es así porque la necesidad de los mineros de consumir energía eléctrica es constante y, al menos por ahora, las energías renovables y sostenibles de las que disponemos no son suficientes para cubrir esa demanda las 24 horas del día de forma ininterrumpida. Porque no podemos olvidar que la gran parte de las actividades de minería proceden de China, un país que no se preocupa mucho por el medio ambiente precisamente.
Sin duda, no existe una solución sencilla para atajar el gran problema medio ambiental que generan las cripto transacciones. Y cada vez hay más individuos que miran este tipo de negocio como una oportunidad para ganar dinero. Aunque sea a coste de la salud del planeta. De hecho, ni se plantean las contaminación que pueden generar cuando deciden ganar dinero en este mercado digital. Un mercado que nació precisamente de la voluntad de no tener que rendir cuentas ante instituciones bancarias ni de gobierno, pero que tampoco rinde cuentas con el planeta. En última instancia, está en manos de los administradores de cada red de cripto transacción, y de su comunidad de mineros, el ajustar su algoritmo con los suficientes cambios para que la contaminación que generen sea cada vez menor.
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