El auge de los productos reacondicionados: calidad, sostenibilidad y ¿garantías?

Los productos reacondicionados están cada vez más presentes en el mercado y son una opción atractiva para consumidores que buscan calidad a un precio más asequible. De hecho, según un estudio realizado por el Observatorio Cetelem, el 47 % de los españoles encuestados está dispuesto a comprar productos de este tipo tanto en tecnología (móviles, tabletas…) como electrodomésticos (neveras, lavadoras…) y hasta muebles o bicicletas. 

Pero, ¿qué significa exactamente que un producto está reacondicionado? A diferencia de los productos de segunda mano, los reacondicionados han sido devueltos, revisados, reparados (si es necesario) y luego puestos a la venta nuevamente con garantías similares a las de los nuevos.

¿Cuáles son los beneficios de los productos reacondicionados? 

1. Reducción del impacto ambiental

Uno de los principales beneficios de optar por productos reacondicionados es su impacto positivo en el medio ambiente. La producción de nuevos dispositivos electrónicos o productos genera una gran cantidad de residuos y emisiones de CO2. Al reacondicionar y reutilizar estos productos, se evita la necesidad de fabricar nuevos, lo que ahorra materias primas y reduce la huella de carbono.

2. Ahorro económico para los consumidores

Los consumidores pueden ahorrar entre un 20 % y un 60 % en productos reacondicionados en comparación con uno nuevo. Además, con la garantía adicional que ofrecen muchos de ellos, no se sacrifica ni la calidad ni la seguridad.

3. Economía circular y sostenibilidad

La compra de productos reacondicionados fomenta un modelo de economía circular, en el cual los productos tienen una vida útil más larga. Esto no solo favorece la sostenibilidad en general, sino que también impulsa una cultura de consumo responsable. 

¿Son iguales los productos reacondicionados y los de segunda mano?

Aunque ambos tipos de productos han sido usados previamente, existen diferencias clave. Los productos reacondicionados deben pasar por un proceso detallado de revisión y reparación asegurando que están en óptimas condiciones antes de ser vendidos de nuevo. Este reacondicionamiento debe incluir pruebas exhaustivas de funcionamiento, la reparación de cualquier defecto, y la limpieza del producto. 

En cambio, los productos de segunda mano se venden tal y como están, sin ningún tipo de control o revisión previa.

¿Cómo garantizan su calidad y seguridad? 

Una de las principales preocupaciones de los consumidores es cómo se asegura la calidad y seguridad de los productos reacondicionados. 

Lo cierto es que es un tema que aún tiene algunas aristas. Ni en España ni en la Unión Europea existe una legislación clara que los regule, solo se habla de “materiales aptos para la reutilización”, por lo que el reacondicionamiento cae en manos de las empresas comercializadoras, las cuales deben estar autorizadas por la Administración Pública para poder vender de forma legal productos reacondicionados. 

¿Cuáles son las garantías?

Al no existir una legislación concreta, los productos reacondicionados deben cumplir con los mismos estándares de seguridad que los productos nuevos. A menudo, se ofrecen con garantías que pueden variar entre 6 meses y 2 años, brindando confianza al consumidor y asegurando que están comprando un producto que, aunque no sea nuevo, ofrece el mismo nivel de seguridad y rendimiento.

Sin embargo, muchas empresas utilizan el concepto de “producto reacondicionado” como estrategia de marketing (más bien de greenwashing) para vender productos de segunda mano, sin haberlos revisado y reparado previamente. 

Todo esto y más, lo comentamos en esta entrevista en el programa “Código de barras” de la Cadena SER. 🎧 Escúchala aquí: